Soñador de imposibles.

Se imaginaba lejos, muy lejos.
Imaginaba, que ella podía acompañarle, observando cada mínimo detalle, cada obstáculo, cada sonrisa.
Imaginaba, aquello que ella solía hacer.
Cada noche.
Cada beso.
Cada abrazo.
Cada sonrisa.
Cada mirada...
Pero, ahora ella no podía ver, ni siquiera podía recordar.
Y allí estaba él, el soñador de imposibles,echando de menos aquellos ojos grandes y manchados de rimel.