Dentro,el aire estaba cargado y olia mal.Algunos niños lloriqueaban en sueños,y se oía el sollozo de una mujer.Se volvió hacia su madre y se quedó mirando su rostro, pálido y demacrado.
La mujer cariñosa y feliz había desaparecido.Ya no era la madre que la cgía en brazos y le susurraba palbras tiernas, ni la mujer de lustrosos rizos de miel y figura voluptuosa(...).Nada quedaba en aquella persona que emanaba su aroma maternal , cálido y reconfortante a jabón,ropa limpia y platos apetitosos;la mujer de la risa contagiosa;la que decía que saldrían adelante a pesar de la guerra,porque eran una familia honrada y fuerte que se quería.
Aquella mujer había desaparecido poco a poco.Se había encogido,había empalidecido y ya nunca soltaba una carcajada,ni siquiera sonreía.Su olor era rancio y amargo,su cabello se había vuelto seco y quebradizo y tenía mechones grises.
La muchacha pensó que su madre ya estaba muerta.
Sarah.
Tatiana de Ronsay.
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